Sesión fotográfica para publicación editorial realizada en 2012. Es realmente una experiencia volver a trabajar con las herramientas analógicas que durante tantos años hemos usado algunos. Es un reto disparar a ciegas, sin ver resultados inmediatos, sino hasta que se realiza el revelado químico de la película días después. Usando carretes de 12 fotografías, cada disparo debe ser estudiado, no como ahora con las cámaras digitales donde disparas y disparas hasta dar con lo que buscas. Medida la luz a manualmente con un fotómetro. Es mágico oír el obturador mecánico de una cámara de éste tipo. Robusta, pesada. Es una ejercicio de concentración pero sobretodo de saborear cada disparo. Que tiempos aquellos...como podíamos trabajar así....! Que mágico !
Personalmente opino que la nitidez, suavidad de contraste y colores es difícilmente igualable, con las cámaras digitales de hoy en día. Por no hablar de "ritual" en que se ha convertido a día de hoy encontrar película analógica y revelar por procesos químicos.
Aquí podéis ver una pequeña comparativa del tamaño de la cámara de medio formato usada respecto a una tradicional de 35mm. Soportar en las manos a esta "robusta" completamente equipada, que roza los dos kilos no es tarea fácil...
Xavi Moya
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