Muchos estáis realizando vídeos. Para compartir clases o para añadir contenidos de calidad en vuestra web o redes sociales. Recibo muchas consultas sobre el tema de audio. "¿Qué pasa con el audio...? ¡No hay manera que consiga crear vídeos con audios de calidad!"
Que no cunda el pánico, hay soluciones. Tenemos que tener claro un detalle. El audio es la parte más importante de un vídeo. Un vídeo de baja calidad con buen audio no solo es reproducido, sino que la mayoría lo acaba viendo en su totalidad. Pero al revés, no. Un buen vídeo con un audio deficiente hace que abandonemos su reproducción de inmediato. No soportamos oír mal... Todos, lo tenemos claro, hay ejemplo muy evidente de ello: en una llamada telefónica convencional, "no vemos" a quien llamamos, nos "perdemos" el lenguaje visual, no verbal, pero no sucede nada. En cambio, si esa misma llamada tiene deficiencias de audio (se entrecorta la voz, o hay ruido de fondo, o simplemente se oye bajita) no lo soportamos apenas unos segundos, nos quejamos, o hasta llamamos de nuevo para ver si mejora, o la aplazamos para otro momento. Por tanto, debemos poner todo el esfuerzo, en conseguir un buen audio para nuestros videos. Y aquí la clave son dos cosas: un buen micrófono, y un lugar tranquilo sin ruido de fondo.
Vamos a enfocarnos en los videos en general, pero especialmente, en los videos de yoga, por un motivo muy concreto. En este caso sucede que al grabar videos, (o transmitir en directo), necesitamos que, nuestro dispositivo grabador, ya sea el móvil o una cámara, se encuentren alejados, puesto que el encuadre debe permitir ver nuestra figura por completo, para evitar así cortar alguna parte de nuestro cuerpo (como un brazo, la cabeza, etc.) al hacer las asanas.
Los micrófonos incorporados en cualquier dispositivo, especialmente en los teléfonos, están pensados para captar el audio cercano, a pocos centímetros de nuestra boca. Y permiten, incluso, cierta calidad hasta llegar al medio metro de distancia (la medida de un brazo extendido). Pero ya no son efectivos, en el momento que el dispositivo de grabación está alejado, unos 4 o 5 metros. Ahí empiezan los problemas. Y para grabar o transmitir clases, suelen estar a esas distancias. De hecho, esta circunstancia, no es exclusiva de los teléfonos, sino de cualquier micro, por profesional que sea, y se debe a la forma en que se propaga el sonido, y como priorizan los micros, la fuente de origen del sonido.
Es algo abstracto para nosotros, hablar de audio, porque no podemos “ver” el sonido, ni ver como se propaga. Lo hace de forma parecida a la luz y esa si podemos percibirla. Fijaros en la siguiente imagen. Como la luz decae, de forma exponencial, a medida que el objeto se aleja de ella. Hay una zona cercana (los dos primeros objetos, 15 a 30 cm.) donde la caída es progresiva (pero donde la luz es suficiente, 40 a 60 cm.), pero a partir de un punto (tercero y cuarto, más de 70 cm.) empieza ya a decaer, para a partir de ahí, caer de golpe, empobrecerse y convertirse en una amplia zona de penumbra. No es una curva, linealmente progresiva, se inicia ligeramente inclinada, decayendo, para acabar casi plana, completamente caída. Lo que sucede con la luz, es igual a lo que sucede con el sonido, ocurre exactamente igual.
Este comportamiento se basa en la fórmula: la “Ley inversa del cuadrado”. Fijaros que la curva, o en como el objeto es iluminado, son la misma cosa. Hay una zona cercana donde la luz (y el sonido) es de una calidad buena y razonable. Pero a partir de un punto decae y su curva y calidad se vuelve “plana”.
En la zona cercana y óptima, el micrófono rinde bien, y prioriza la voz como punto de interés, y la capta con calidad, alta y clara. Pero a partir de ahí, en esa "zona de penumbra", ya no es capaz de rendir bien, ni tiene tan claro cuál es el punto de interés y fuente de origen del audio, y el audio empeora.
Observando la gráfica, la zona 1 y 2 tienen una calidad de audio correcta, a partir de ahí decae.
Por ejemplo, si estamos grabando en zona 1 y el ruido ambiente de fondo, se encuentra partir de zona 3, la calidad de mi voz será buena, y el ruido de fondo, se percibirá lejos y con poca intensidad. Pero si yo estoy en zona 4, también, para el micro, formo parte de ese ruido de fondo.
Además, en caso de que no haya ruido ambiente, grabar a esa distancia dará como resultado un sonido lejano. Lo percibiremos como cuando nos hablan de una habitación lejana en nuestra casa. Mientras que con micrófono cercano percibiremos la voz como si nos hablasen cerca del oído, aunque visualmente estemos alejados.
Tengamos en cuanta, además, las intensidades de los sonidos (sus decibelios), no es igual de intenso un ladrido, o una sirena, que nuestra voz. En consecuencia, si mientras grabamos, por ejemplo, un perro ladra, o pasa una ambulancia por la calle, cuya intensidad de sonido es mucho mayor a la de nuestra voz, la conversación se verá “tapada” y se oirá poco. Observemos como tenemos la tendencia natural, al hablar, que si alrededor hay ruido, aumentamos la intensidad de nuestra voz, y hablamos gritando, para tratar de compensarlo y ser oídos.
Entonces ocurre el dilema- ¿cómo voy a estar a la vez lejos (para capturar un video de cuerpo entero), y cerca para que la voz se oiga alta y clara? La solución es clara. Llevando un micro colocado cerca de nuestra boca,
Para ello es necesario que nuestro dispositivo de grabación disponga de una conexión de entrada de audio. Tipo mini jack, por ejemplo, para conectar un micrófono externo.
Tenemos, entonces, dos opciones distintas: micro unido por cable al dispositivo de grabación, o un micro inalámbrico.
Si se trata por ejemplo de grabar una entrevista, o una explicación donde la persona está estática y sentada, un micro de cable es la solución. Pero en el caso, de estar en movimiento continuo al practicar yoga, debemos optar, entonces, por un micro inalámbrico.

La diferencia entre ambos es evidente. Un micro de cable nos limitará los movimientos, y su cable será visible, mientras que un inalámbrico nos dará completa libertad y el cable no se verá apenas en el vídeo. Pero claro, la diferencia también radica en su precio.
Existen micrófonos de cable desde unos 25 euros. Cualquier micro lavalier o de corbata servirá para este propósito. Una buena opción de calidad es la marca Boya. Un inalámbrico, en cambio, requiere una inversión mayor, a partir de los 160 euros. Os recomiendo en especial el Rode Wireless Go. Pequeño, muy eficiente y de gran calidad.
Prestemos atención, en ambos casos: en el conector. El mini jack suele ser de 3,5, pero el número de conectores del mismo varía si es para cámara o para smartphone. Ojo a este dato. El motivo es que una cámara solo permite entrada de audio, no salida. Mientras que un móvil, permite y necesita ambas, ya que a menudo los auriculares, llevan micro incorporado, y eso implica entrada (micro) y salida (auriculares) de audio. Rode viene equipado solo con cable de conexión para cámara. Si queremos conectarlo a un smartphone deberemos adquirir un conector adicional. El modelo es: Rode SC-7, su precio es de unos 10-15 euros.
Una buena alternativa, si grabamos videos con nuestro smartphone, son los auriculares por bluetooth. Su coste si son de calidad oscila entre los 30 a 200 euros.
Pues bien, está claro que para conseguir buenos videos, y que estos tengan una calidad de audio inmejorable, debemos invertir en un micrófono. Eso va a facilitaros mucho las cosas y los resultados de vuestros videos, serán profesionales, atrayendo sin duda a vuestros, alumnos a consumirlos. Ojalá, además, podáis vender esos contenidos para recuperar la inversión.
Espero que este tip os resuelva las dificultades de conseguir un buen audio en vuestros vídeos. Si queréis profundizar en este tema, y aprender a crear buenos videos, y tener una buena estrategia de marketing para generar ventas y aumentar los ingresos, os recomiendo mi curso de video, donde aprenderéis, de forma online o presencial, todos los aspectos clave.
Si tenéis dudas o consultas adicionales, dejar un comentario. Estaré encantado de ayudar.

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